Acto seguido, María Josefa Sanz, en un tiempo que se nos semejó un suspiro, con su acostumbrada e inspirada elocuencia enalteció la personalidad de nuestros eximios y recordados maestros en el Camino, D. Joaquín Milans del Bosch y D. Cándido Sanjurjo.
Terminado el acto, nos dirigimos al Restaurante Bar Asturias, en donde el buen hacer de Amalita y su equipo, nos proporcionó una exquisita y necesaria pitanza, para tomar fuerzas y hacer frente, con honor, a la caminata que nos esperaba a continuación.
Así a las 16:30, o las cuatro y media de la tarde, para los más clásicos, pusimos rumbo "Acerón" adelante en dirección a Miou, sin arredrarnos lo mas mínimo, ante el desnivel de la subida de salida. Sobrepasado Miou, encaramos con alegría la ruta hacia la Sela de Murias a la que unos y otros con diferente ritmo, pero la misma ilusión,conseguimos coronar sin sufrir ni una sola baja.
Después de eso el descenso ya fue un paseo triunfal hasta Abres, a donde la vanguardia llegó a las 6 de la tarde, y la retaguardia se agrupó tres cuartos de hora mas tarde, para recibir a D. José Luis, el cura de Vegadeo, que ofició la Santa Misa.
A la salida de la Iglesia, foto de rigor de todo el grupo reunido, y una vez rotas filas, "cada mochuelo a su olivo". Buen camino a todos en su regreso.